28 marzo 2013



La vida suele sorprendernos, te da cosas buenas y malas, te hace reír a carcajadas unas veces y otras sin embargo llorar desconsoladamente, te da o te quita personas.

Y esta historia se basa en que la vida me sorprendió y puso en mi vida una persona que se llama Esther. Cuando la conocí en el vestuario de natación no sabía lo que el futuro me tenía preparado junto a ella. Pero a día de hoy solo puedo decir que es muy grande y que le agradezco a la vida por haberla puesto en mi camino. Ella es una de las personas más alegres que conozco, incluso en las peores situaciones; también he de destacar, que pertenece al grupo de personas fuertes, muy fuertes, la que ha luchado contra mil cosas y le ha dado igual el resto del mundo. Para mi ella esta en el grupo de personas que siempre esta en las buenas pero sobre todo en las malas. Y todo esto ha surgido a raíz de un año y pico. Creo que he llegado a un punto en que la miro y se exactamente lo que le pasa, preocupa, siente y sobre todo lo que necesita. Me ha aportado un poco más de locura, una pizca de descontrol, nuevos sentimientos y volver a sentir que hay alguien a mi lado apoyándome. La quiero y creerme que cuando digo esto es porque es verdad, no me gusta usar ciertas palabras si para mi no significan nada. Espero tenerla mucho tiempo a mi lado, espero que sea una de las personas que te da la vida para que se queden, porque es única.

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