Que la vida es una montaña rusa, lo hemos asumido ya. Que
unas veces subes tan tan alto que te crees invencible, poderoso… otras, por el contrario, caes en picado,
rápidamente y en estos casos te sientes derrotado, abatido… Pero lo mejor o lo
peor, depende de por donde lo miremos, es que no solo hay momentos de gloria o
momentos de devastación, no, hay momentos de estabilidad, de pequeñas subidas y
bajadas.
Y de esto solo te das cuenta en los peores momentos, en esos
instantes en que tu cabeza no para de
machacarte una y otra vez con pensamientos destructivos o incluso cuando te echas de menos a ti mismo, cuando echas de menos
a la persona que solías ser antes de toda esta mierda.
Cuando llegas a ese punto, al que no has llegado cayendo de
golpe, sino lenta y progresivamente, sabes que has tocado fondo, que ya no
puedes caer más, ahora es cuando te toca elegir entre tener el mundo a tus pies
o a tus espaldas, entre tomar impulso y salir a la superficie o sentarte y
lamentarte una y otra vez. Pero tranquilos, esta decisión no tiene que ser de
un momento a otro, ni de un día para otro, tiene que ser en el momento exacto,
en el momento en el que así lo sientas.
¡Y se acabo, yo hoy por fin he decidido y asumido que voy a
pasar de página!
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